Edición Bianual
Septiembre - febrero 2023
DOI
ISSN
3091-180X
Vol. 1, No.2, PP.45-59
Esto se traduce en una mayor vida útil en almacenamiento y en mejores condiciones
para su transporte y comercialización, manteniendo la calidad al minimizar la pérdida
de humedad, representando un beneficio económico para los productores y
distribuidores, ya que minimiza las mermas y aumenta el rendimiento comercial,
además actúan como barrera física contra golpes, rozaduras y manipulación, reduciendo
la incidencia de daños mecánicos que pueden afectar la apariencia y la calidad de la
fruta. Adicionalmente, pueden mejorar la apariencia y calidad del producto recubierto
haciéndolo más llamativo para el consumidor por su brillo, color o bajo desarrollo de
microorganismos sobre la superficie (6).
Las PC y RC pueden ser elaborados a partir de una gran variedad de polisacáridos,
proteínas y lípidos, solos o en combinaciones que logren aprovechar las ventajas de
cada grupo, dichas formulaciones pueden incluir, conjuntamente plastificantes y
emulsificantes que se utilizan de diversa naturaleza química con la finalidad de ayudar a
mejorar las propiedades finales de la película o recubrimiento. Las mismas presentan
bondades como comestibilidad, dureza, transparencia, buenas propiedades de barreras
contra el oxígeno y vapor de agua (6).
Los polisacáridos y las proteínas son polímeros que forman redes moleculares
cohesionadas por una alta interacción entre sus moléculas, estas les confieren buenas
propiedades mecánicas y de barrera a gases (O2 y CO2), por lo cual retardan respiración
y envejecimiento de muchas frutas y hortalizas, siendo los hidrocoloides más utilizados
en la industria alimenticia, ya que forman parte de la mayoría de las formulaciones que
actualmente existen en el mercado. Sin embargo; una desventaja que presentan es que
son hidronímicos y por lo tanto, constituyen una pobre barrera a la pérdida de humedad.
Los utilizados en la formación de recubrimientos comestibles son: las pectinas de alto y
bajo metoxilo, la celulosa y sus derivados, el alginato, el quitosano, la dextrina, el
carragenato, y la goma arábiga, entre otros (7).
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El mango al ser un alimento perecedero y susceptible al ataque de microorganismos
perniciosos, que causan grandes pérdidas en post cosecha, requiere el uso de un
recubrimiento comestible, lo cual ayudará a mantener y conservar su textura,
características fisicoquímicas (pH, solidos solubles y acidez titulable), y sensoriales
(color, olor, sabor, textura) durante su tiempo de vida útil (7).
La yuca (Manihot esculenta), también conocida como mandioca, es un arbusto leñoso
perenne que pertenece a la familia Euphorbiaceae y es originario de América tropical.
Este cultivo se adapta bien a las zonas tropicales, incluso en suelos de baja calidad, y
puede soportar períodos prolongados de sequía. Además, la yuca se considera una de las
especies más eficientes en la producción de almidón, lo que la convierte en un producto
versátil y confiable para la alimentación humana, animal y diversas aplicaciones
industriales. Esta se puede presentar en forma de productos fermentados (modificados)
o no fermentados. Entre los productos no fermentados se incluyen la harina y el almidón,
los cuales se obtienen a partir de la yuca procesada en forma de pellets (8).
El almidón es la principal fuente de energía en la alimentación humana y, debido a sus
propiedades de viscosidad, retrogradación y adhesividad, se utiliza como espesante,
agente gelificante y estabilizante en diversos productos alimenticios. Además, el
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