Nº1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo del 20 de diciembre de 2006, se
clasifiquen como una fuente de fibra (1).
Las aceitunas de mesa son útiles para alcanzar las Cantidades Diarias Recomendadas
(CDR) de fibra, establecidas en 30 gramos. Además, contienen un 20% de grasa,
predominantemente ácido oleico con un 82%, seguido de ácido palmítico (13%), ácido
linoleico (Omega-6) (5%), ácido esteárico (3%), ácido linolénico (Omega-3) (1%), y
ácido palmitoleico (1%), con variaciones dependiendo del estado de madurez de la
aceituna (1).
La composición de la salmuera, que incluye concentraciones específicas de sal, ácido
acético 0.1 %, y a veces hierbas y especias, juega un papel crucial en el desarrollo de las
propiedades nutricionales y la calidad sensorial de las aceitunas. Estos componentes no
solo actúan como agentes conservantes, sino que también afectan la textura, el sabor y
el perfil nutricional del producto final. La interacción entre estos elementos y los
componentes naturales de las aceitunas durante el proceso de curado determina en gran
medida su perfil químico y la respuesta sensorial al consumo humano (2).
Las aceitunas deben estar sometidas a un lavado que en su mayoría disminuye el pH
generando en todos los casos la bacteria Gram negativa, lo que en cierta cantidad pasa al
proceso dentro de la salmuera debido a que esta adherido a la aceituna a este proceso
no se le relaciona con alguna reacción directa con el producto en abundancia por lo que
este estudio se centra en la conservación en salmuera en donde si podría tener efectos de
acuerdo a la cantidades que se traten debido a que las concentraciones de salmuera
oscilan entre 5 y el 8% en NaCl pero va de variando de acuerdo al tipo de aceituna (3).
Antes de iniciar el proceso de fermentación, es esencial preparar una salmuera con una
densidad de entre 8 y 10 ° Baume utilizando cloruro de sodio, la cual debe ser
acidificada con una solución al 0.1% de ácido acético o ácido láctico. Además, es
crucial mantener la temperatura ambiente durante la fermentación en un rango de 25 a
28°C, ya que esto favorece el crecimiento de bacterias lácticas beneficiosas y minimiza
la proliferación de microorganismos no deseados (3).
Inmediatamente que las aceitunas se colocan en salmuera, comienza el proceso
fermentativo. Sin embargo, el mismo es bastante lento dada la dificultad con que los
diferentes substratos alcanzan la salmuera, debido a que en estos frutos la piel y la pulpa
permanecen intactas y ofrecen una resistencia elevada a la difusión de dichos
compuestos. El abundante desprendimiento de gases inicial no sólo se debe al
crecimiento de bacilos Gramnegativos sino también al anhídrido carbónico procedente
de la respiración de los frutos, de forma similar a como ocurre en las aceitunas negras
naturales en salmuera (4).
Es fundamental tener en cuenta que la concentración de sal en la solución se reduce a la
mitad del valor inicial debido a que las aceitunas, al ser lavadas, absorben una cantidad
significativa de agua. Esta absorción diluye la salmuera original y disminuye su
concentración. Esta reducción ocurre principalmente durante los primeros seis días de
fermentación y, si no se ajusta, puede permitir el crecimiento de microorganismos no
deseados que pudieran alterar el proceso. Para corregir esta disminución, se deben
añadir soluciones de cloruro de sodio a los depósitos hasta alcanzar una concentración
de equilibrio del 7-8% (2).
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