Edición Bianual
Marzo - agosto 2023
DOI
ISSN
3091-180X
Vol. 1, No.1, PP.33-43
contiene sodio, lo cual le confiere cierta similitud en el sabor (4) cabe mencionar que el
GMS, que es la sal sódica del ácido L-glutámico, es un aminoácido natural no esencial
presente en casi todos los alimentos, especialmente en aquellos ricos en proteínas, como
los lácteos, la carne, el pescado y numerosas hortalizas, y juega un papel importante en
el correcto funcionamiento normal del cuerpo. En la Unión Europea, el GMS se ha
clasificado como un aditivo alimentario (E621) según el Comité Técnico Internacional
del Glutamato, siendo ampliamente utilizado en la industria culinaria para realzar el
sabor de los alimentos (5).
Consecutivamente, en la Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos
(FDA), el MSG se considera seguro para el consumo humano en cantidades moderadas
(6). No obstante, algunos estudios han planteado preocupaciones sobre los posibles
efectos adversos del consumo de MSG en la salud humana, sugiriendo que altas dosis
de MSG pueden provocar reacciones adversas conocidas como "síndrome del
restaurante chino" o "síndrome del MSG" (7). Sin embargo, la evidencia científica no
respalda de manera concluyente la existencia de un síndrome específico relacionado con
el consumo de MSG, pues la mayoría de los estudios no han encontrado una asociación
consistente entre el MSG y los síntomas reportados; de hecho, en un metaanálisis
publicado en el Journal of Headache Pain, se concluyó que no hay evidencia suficiente
para demostrar que el MSG sea un desencadenante de migrañas en individuos
susceptibles (8).
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Es importante destacar que el MSG se encuentra naturalmente presente en algunos
alimentos, como el queso parmesano, los tomates y las algas marinas. La cantidad de
MSG consumida a través de estos alimentos es generalmente menor en comparación
con las cantidades agregadas como aditivo alimentario (10). Por otra parte, varios
estudios han investigado los posibles efectos adversos del consumo de MSG en la salud.
Un estudio publicado en el Journal of Nutrition señaló que altas dosis de MSG
administradas en animales de laboratorio pueden resultar en daño neuronal (11). Sin
embargo, la evidencia sobre los efectos negativos del MSG en la salud humana ha sido
inconsistente, dado que, un análisis de estudios en humanos publicado en el
International Journal of Food Sciences and Nutrition concluyó que no se encontraron
pruebas concluyentes de que el MSG cause efectos adversos en la mayoría de las
personas (12); en este sentido, un área de preocupación ha sido la posible asociación
entre el MSG y los síntomas del síndrome metabólico.
Finalmente, un estudio realizado en China encontró una relación entre el consumo de
MSG y un mayor riesgo de síndrome metabólico en mujeres, pero no en hombres,
mientras que la asociación entre el MSG y las reacciones alérgicas ha sido cuestionada,
pues un estudio concluye que la evidencia no respalda la idea de que el MSG sea un
desencadenante común de alergias en la población general (14). Además, algunas
investigaciones han sugerido un posible vínculo entre el consumo de MSG y los
síntomas del trastorno del espectro autista (TEA), pero la evidencia disponible no es
suficiente para establecer una relación causal (15); en cuanto a la seguridad, los
organismos reguladores han fijado límites máximos para la ingesta diaria de MSG,
como la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de hasta 0-120
mg/kg de peso corporal (16).
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