ISSN
Marzo - agosto 2024
Vol. 2, No.3, PP.33-45
de chía contienen principalmente compuestos insaturados, terpenoides, glucósidos,
compuestos fenólicos y grupos carbonilo. Los diferentes extractos de chía mostraron
actividad inhibidora de la enzima convertidora de angiotensina I (ECA), y el extracto
metanólico demostró la mejor actividad entre las particiones realizadas. En ratas
hipertensas, el extracto metanólico mostró un claro efecto hipotensor con una dosis de
400 mg/kg administrado durante cuatro semanas, sin cambiar significativamente los
niveles séricos de colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos y proteína C reactiva. Se
concluyó que el extracto metanólico de semillas de Salvia hispánica tiene compuestos
químicos con efecto inhibidor in vitro, un efecto hipotensor tras su administración in
vivo y no presenta efectos tóxicos a nivel hepático y renal (18).
Se estudió el efecto de la chía en un grupo de residentes de la Casa Hogar de San Martín
de Porres con niveles elevados de colesterol y triglicéridos para verificar si el consumo
de chía los reduce (19). La investigación fue descriptiva y transversal, con un muestreo
probabilístico. Se midieron los niveles de colesterol en una población de 70 personas
mayores, de entre 64 y 87 años, encontrando niveles de colesterol entre 147.97 mg/dl y
298.02 mg/dl, y niveles de triglicéridos entre 66.58 mg/dl y 308.26 mg/dl. Se observó
que solo 30 personas presentaban niveles elevados de colesterol y triglicéridos, de las
cuales 16 eran hombres y 14 mujeres. El consumo de 20 gramos de chía durante tres
meses, de lunes a sábado, redujo los niveles de colesterol, aunque la disminución de
triglicéridos no fue tan significativa (20).
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Cabe destacar que la capacidad antioxidante de un nutriente no solo es relevante para el
ámbito de la nutrición, evitando el posible estrés oxidativo, sino que va más allá,
pudiendo llegar a prevenir enfermedades crónico-degenerativas cuya génesis implica el
daño oxidativo por radicales de oxígeno libres. En concreto, es fundamental su
asociación con la salud cardiovascular. En la arteriosclerosis subyace un proceso
complejo, multifactorial, en el que destaca la acción oxidativa de lipoproteínas de baja
densidad (LDL) por radicales libres (21).
Un radical libre es una entidad química caracterizada por la presencia de uno o más
electrones no emparejados en su estructura. Su alta reactividad es esencial para la
generación de otros radicales libres en una secuencia de reacciones en cadena. Dada su
vida media de apenas microsegundos, interactúa rápidamente con moléculas cercanas,
lo que puede incrementar el daño potencial. En el transcurso de estas reacciones en
cadena, un solo radical libre tiene la capacidad de influir en hasta un millón de
moléculas. Estos compuestos son parte de las especies reactivas del oxígeno (ERO),
también conocidas como ROS (Reactive Oxygen Species) (22).
Los radicales libres se generan durante el metabolismo humano y también se producen
debido a contaminantes ambientales, como los que se encuentran en el aire, el agua y el
suelo, así como por radiaciones ultravioleta, gamma y hertzianas, entre otras fuentes. Su
presencia puede estar asociada con el consumo de sustancias tóxicas como el alcohol, el
tabaco y las drogas, así como con una alimentación inadecuada y la exposición a
fertilizantes o pesticidas. Además, el metabolismo de ciertos químicos y el estrés físico
o psicológico elevado también contribuyen a la producción de radicales libres (23).
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