
Junio 2025
DOI
https://doi.org/10.56519/eyqdka28
https://vitalyscience.com
VITALYSCIENCE REVISTA CIENTÍFICA MULTIDISCIPLINARIA
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Quimioluminiscencia en Hematología Forense
Entre los indicios biológicos que pueden hallarse se encuentran distintos fluidos corporales
como la sangre, el semen, la saliva, la orina y el vómito, además de restos óseos como huesos,
dientes, osamentas, así como otros materiales biológicos, incluyendo tejidos y órganos. La
disciplina de la Ciencia Forense que se ocupa del análisis de estos fluidos y componentes
biológicos es la Hematología y la Serología Forense. Esta área permite abordar interrogantes
como: ¿Se trata de un fluido biológico de interés forense?; ¿Es de origen humano?; ¿Cómo se
depositó el fluido en el lugar de investigación o escena del crimen?; todas ellas esenciales para
decidir si deben aplicarse métodos más avanzados dirigidos a resolver la pregunta fundamental:
¿A quién pertenece dicho fluido biológico? Cada uno de estos cuestionamientos puede
resolverse mediante diferentes pruebas y análisis, como las pruebas presuntivas, que permiten
estimar la probabilidad de que una muestra corresponda a un fluido biológico de interés forense,
y las pruebas confirmatorias, que verifican dicha correspondencia (10).
La hematología forense se considera como aquella aplicación de los conocimientos
hematológicos, biológicos, médicos y criminalísticos al campo forense, fundamentado en el
estudio de la morfología, serología y bioquímica de la sangre; así como sus requisitos legales en
la colecta, preservación y análisis de las evidencias. Por lo cual, dentro del contexto forense sus
dos grandes líneas de investigación son: 1) aspecto reconstructor según la morfología de las
manchas de naturaleza hemática y 2) aspecto identificador en el terreno policial, penal y civil;
en este último campo con el apoyo de la genética resuelve problemas principalmente en los
casos de identificación humana, filiación y paternidad (11).
La hematología de reconstrucción consiste en el estudio de las manchas hemáticas, permiten
deducir la dinámica o violencia que haya presidido a su formación o depósito. Es decir, si las
manchas se formaron por mecanismos de proyección, escurrimiento, contacto, impregnación o
limpieza. Por ejemplo, una mancha alargada significa que la sangre cayó en ángulo, indicando
mediante su cola la dirección de formación (ascendente, descendente, de izquierda a derecha o
viceversas). El estudio se puede realizar en el sitio del suceso, en la morgue sobre el cuerpo
humano sin vida o en el laboratorio criminalístico. Como resultado, se establecen como se han
producido los hechos: posible arma empleada, ubicación de la víctima y victimario, movimientos
realizados, volumen, patrones y morfologías, número y vínculo de las manchas con un sitio del
suceso, entre otros aspectos de interés criminalísticos (11).
Por otra parte, la hematología de identificación, se lleva a cabo en el laboratorio biológico para
el análisis mediante procedimientos metodológicos efectivos de la inmunología, bioquímica y
física, determinando la naturaleza de la mancha (humana o animal), a través de, métodos de
orientación y certeza (10). En las ciencias forenses, el análisis de patrones de manchas de sangre
puede contribuir de múltiples maneras al esclarecimiento de estos casos. Igualmente, a través
de la hematología forense, se puede detectar el sistema de clasificación (ABO / Rh), realizar el
análisis genético, para la obtención de un perfil de ADN de los sospechosos y las víctimas,
además de, descifrar el sitio de origen, dónde se ha cometido el crimen, la cantidad de fuerza
requerida en las punciones y el número de los mismos (12).