sectional, and retrospective design was employed, using official data from institutions such
as INEC, the National Police, and the National Forensic Medicine Service. Documented cases
of homicides by firearms in the city were analyzed, applying quantitative and qualitative
techniques to understand trends and patterns of armed violence. The results revealed an
unprecedented crisis, with 87.9% of homicides committed with firearms, mainly affecting
young men between 18 and 35 years old, residents in areas with high population density
and a strong presence of criminal groups, such as Sauces, Guasmo, and Durán. Additionally,
55% of the crimes occurred between 8:00 p.m. and 2:00 a.m., and were primarily linked to
organized crime and personal conflicts. In conclusion, armed violence in Guayaquil is closely
linked to structural social problems, such as unemployment and lack of opportunities, which
demands comprehensive public policies for the prevention and control of this growing
problem.
Key words: Homicides, firearm, organized crime, youth
INTRODUCCIÓN
Las lesiones producidas por armas de fuego constituyen un conjunto de alteraciones físicas en
el organismo humano como consecuencia del impacto de los elementos que conforman un
disparo. Este tipo de lesiones es reconocido actualmente como un problema de salud pública
y una grave epidemia social. Su impacto no se limita únicamente al número de fallecimientos
o a las tasas de mortalidad asociadas, sino que también se refleja en la magnitud, diversidad
e intensidad de las formas en que se manifiesta la violencia armada. Además, estas lesiones
generan un profundo deterioro en la calidad de vida de las personas afectadas y comprometen
significativamente las condiciones generales de salud de la población
(1).
Según lo indicado por la UNESCO en 2023, la delincuencia representa un factor estrechamente
ligado al incremento de la inseguridad. Dentro de este contexto, se menciona también la
proliferación de armas ilegales. Asimismo, se ha puesto en evidencia el tráfico de bienes
culturales como una actividad ilícita de gran preocupación, ya que implica la pérdida definitiva
de piezas de alto valor histórico y cultural, privando a las sociedades del conocimiento de su
propio legado. Esta práctica, además, se relaciona con delitos de mayor escala como el crimen
organizado, el financiamiento del terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de armas, el lavado de
dinero y la corrupción (2).
La violencia armada tiende a ser más letal que otros tipos de agresión, dado que las armas de
fuego suelen causar heridas de mayor gravedad. Además, su uso limita considerablemente las
posibilidades de que la víctima logre escapar o que alguien más intervenga para ayudarla. A
nivel mundial, cientos de miles de personas pierden la vida cada año por impactos de bala
(alrededor de 238,804 muertes), y se calcula que aproximadamente la mitad de los homicidios
registrados en el planeta están relacionados con armas de fuego (3).
La violencia armada afecta principalmente a países con altos niveles de desigualdad
económica, dificultades para cubrir necesidades básicas, instituciones débiles y sistemas